Llueve…
Hoy llueve en la triste ciudad…
Yo miro la calle a través de mi ventana…
Con esta soledad apretada en la garganta
Y ese silencio maldito devorando la mañana.
Hoy el cielo se hunde en un llanto sereno
Y la brisa viene oliendo a ahogo y a misterio
Las pequeñas gotas ya son charcos…
Y los charcos se convierten en ríos…
En su caudal navegan libres las penas
De este pobre corazón dolido.
Me dejo llevar por la tristeza de la lluvia…
Con el deseo mojándome los ojos
Que trajo en su barco el recuerdo
De tu beso humedeciéndome los labios
Aquel instante en que se detuvo el tiempo.
Fin.
Silvia.
