Mi calendario...

sábado, 1 de noviembre de 2008

¿A qué le tenés miedo?


Ayer el país del norte festejó Halloween y a pesar de que estamos bien lejos nos llegan sus costumbres y gustos que lentamente vamos adoptando a pesar de la oposición de muchos. caía la noche cuando eventualmente salí a la puerta de casa y vi pasar una bruja bien producida con su traje negro largo hasta los pies y su sombrero de pico. Unos chicos que andaban por ahí gritaron divertidos y ella se dió vuelta para hacerle unas muecas y hacer como si los fuera a correr. La verdad es que me arranco una sonrisa.

Bueno, como para hacer honor al día (aunque ya pasó) les dejo un relato acorde. Espero que les guste.


La oscuridad y sus fantasmas.

A plena oscuridad la noche le derrama soledades en la almohada... e invita a los fantasmas del pasado a bailotear teatralmente frente a sus ojos, que se esfuerzan por no ver. Como para agregar penuria a su calvario, por más que el temor haga que los mantenga cerrados y por mucho los apriete las imágenes no se van, porque están por dentro.
Todo es penuria, nada es sosiego...
En ese momento se palpa el miedo sobre la extensa superficie de su piel erizada... y hasta se huele, con un aroma indefinido y vago, pero indudablemente particular.
En el pecho le late con fuerza, rompiendo el silencio ese corazón desesperado...
En la cabeza, su mente se dispara en alocados pensamientos desesperada...
Y el alma toda se le aterra desesperada...
Pero él no es el único, otros seres solitarios sufren sus mismos miedos en otras habitaciones sombrías y solitarias.
Sin dudas la oscuridad con su gran poderío en algún punto nos asusta a todos, desde a ese pequeño niño inocente hasta aquel anciano que ya ha perdido la fe y la esperanza...
¿Pero a qué le tememos? ¿Cuál es ese gran fantasma que nos paraliza y nos convierte por momentos en seres irracionales?
Lo cierto es que por las noches es cuando ese gran monstruo se hace fuerte y nos cala hasta los huesos sacudiéndonos entre escalofríos, es cuando más nos roe y nos devora como un hambriento caníbal atacado por la gula. Entonces una respuesta se asoma desde la conciencia, saca su mejor arma y con dos palabras nos gatilla en la cabeza.
Un clic seco sale del tambor ahora vacío y con su invisible bala nos impacta un: “Estas solo”

No hay comentarios: